Venciendo a la desgana y a la fiaca crónica de mi cuerpo
Logré abandonar esa cama calentita e invitadora...acogedora
¡Fue tan difícil!
La victoria sabe a postre de calabaza
A la sonrisa después del amor
Al vuelo del águila
Sin embargo
Y sin embargo...solo puedo pensar en la hora de la siesta
Estoy enviciada...acabada y enrrollada
Y después vendrá la noche
Y todo será suave
Y yo estaré
3 comentarios:
De pronto hay esos días en los que una quiere estar así y no levantarse jamás.
Un beso,
Ana.
Buena siesta y mejor noche!!!
Besos.
La noche siempre invita...
Suerte,
J.
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