Una inesperada visita,
dentro de la casona del río
Una charla amena,
tan esperada
Una copa de vino
Una mirada
Una sonrisa y un beso
Una nueva vida
Un nuevo sueño.
Me dijiste que por mi... No ibas a cambiar... Ibas a seguir siendo igual Ibas a seguir siendo igual
Una inesperada visita,
dentro de la casona del río
Una charla amena,
tan esperada
Una copa de vino
Una mirada
Una sonrisa y un beso
Una nueva vida
Un nuevo sueño.
Hoy encontré una frase, cerca del río que me lleva de vacaciones a las montañas.
Estabas tan cerca de las letras que por momentos confundía la luna de septiembre con la de noviembre.
Estabas tan cerca que cuando quise tocar tu boca...enloquecí y caí en el sol naranja de la tibieza.
Estabas tan cerca de mi corazón que podía sentir los latidos del amor, dentro de una cáscara de nuez.
Alma mía no me vuelvas a dejar por un pálpito inadecuado.
No sabía si hablarte o dejar que pases de largo, opté por lo segundo y sin embargo me quedé con los recuerdos de mi niñez, tan nítidos que parecía que lo estaba viviendo nuevamente.
Recuerdo aquel paraje, allí donde se reunían las charatas cada quince de septiembre, en honor a la comadreja y sus hijos.
Hice parada en el viejo algarrobo, esperando que quizás pase un carpincho gigante y me lleve hacia la plantación de casitas, si, esa semilla que parece bodoque y lo utilizábamos para hondear y asustar a las aves de este paraíso en particular.
Aparte de estos recuerdos, me quedé con ese beso que me diste, junto al riacho y yo te lo devolví justo detrás del pozo lunar.
Ahora, solo quiero decirte...hasta el próximo recuerdo.