Hace cinco mil años, el mundo estaba hecho de arena roja, había humanos gigantes rojos y animales, también rojos
El sol comenzaba su reinado y la luna, aún estaba obscura
La tierra se preparaba para un cambio radical, iba por su primera etapa
En un mundo igualitario, sin políticas, ni reinados, la transformación era inminente
Y esto fue lo que pasó, el planeta dio un giro en si misma, de adentro para afuera, todo se movió, todo cambió de lugar
Del otro lado eran montañas, mientras que de este lado, profundos mares
Y fue en este lado en que apareció, casi por casualidad, Marugilda, la primera de una larga dinastía de brujas
Ella vivía cerca del mar, en la arena, dormía y allí comía
Marugilda soñaba con un mudo lógico, donde ella era ella y todo lo demás eran los demás
Coleccionaba ramas deformes, guardaba un cuenco con arena roja de otras tierras
A veces sentía la soledad agigantada y su cuerpo se agitaba
Hasta que un día casi sublime, por sus pensamientos, se cruzaron ideas, se agolpaban en su mente y querían salir al exterior
Hizo tanta fuerza que las ideas se desparramaron en la arena, hasta llegar al cuenco, donde estaba su tesoro
La arena roja y el agua del mar se mezclaron, cada granito comenzó a crecer, alterar y transformar, creándose así los primeros humanos, de este lado del planeta
Se dice que los sueños lógicos de la bruja, se partieron en cinco mil pedazos de polvo de estrellas y su cuenco fue a parar a la luna