Encontré una noche,
entre mis cosas preferidas
Una noche ensoñadora
Una noche de magia
La tuve un tiempo conmigo
La envolví con papel celofán
La guardé para cuando,
estés conmigo.
Me dijiste que por mi... No ibas a cambiar... Ibas a seguir siendo igual Ibas a seguir siendo igual
Encontré una noche,
entre mis cosas preferidas
Una noche ensoñadora
Una noche de magia
La tuve un tiempo conmigo
La envolví con papel celofán
La guardé para cuando,
estés conmigo.
Una noche más o menos
Pensando con alivio, la primera lluvia del verano
¡Es una tormenta de verano!
El sol, escondido momentáneamente, yace detrás de las montañas
La piel, de un tono gris azulado quiere escaparse del cuerpo almidonado
Las uñas y los dedos se van encorvando alrededor del cuchillo y permanecen ahí, agarrotados
El pedazo de carne permanece, bien cocido, casi seco
El pensamiento se tildó en una sola frase: "la carne, me gusta vuelta y vuelta"
"Se lo dije...se lo aclaré"
"Y no me hicieron caso, ni siquiera escucharon"
Los otros-otros metidos en sus pensamientos, siempre ¡canijo!
Nadie escucha a nadie y así es como la carne se pasa de cocción
El día queda nublado y frío, tal cual la comida
Olvidado y triste
¿Y mañana qué?
"Maldita rata asada"
Cuando el corazón no alcanza para guardar
Tanta vida, dónde se conjugan alegrías y tristezas
¿Qué puedo hacer?
Pensar y pensar en todas esas cosas hermosas
y esas tristezas que hacen hueco y se quedan ahí enquistadas
La canción me aconsejó que entierre el dolor y
guarde la belleza en un lugar seguro
Al final mi corazón es el sitio ideal, tanto como mi memoria
Entonces
Felicidad
Estás entre el corazón y la memoria.
Mientras tanto en mi luna las cosas pasan y se acumulan detrás en los cajones del tiempo
Ya no sé qué hacer
Ya no sé qué pensar
Ya no sé dónde ir
Por las dudas me quedo aquí, esperando que vuelva en mi la cordura
En todo caso, tampoco es que necesito mucha cordura
Por el momento estoy bien...soñando.
Un grito aterrador rompió en pedazos la siesta del pueblo.
Al payaso de la plaza principal le dejó congelada su sonrisa.
Las mujeres trabaron sus lenguas y los hombres se concentraron en el lugar.
¡Los niños...los niños no están!
Alguien pidió que sacaran las armas, cualquier cosa con que defenderse.
La locura se apoderó de todos.
Los niños habían desaparecidos.
Sin dejar huellas aparentes.
Las personas empezaron a mirarse con desconfianza una a la otra.
Nadie se reconocía como miembro del pueblo.
El ataque comenzó, todos contra todos.
Una encarnizada lucha con machetes, escobas, tridentes y un rifle mató a todos.
El rifle estaba siendo usado por una persona cuya misión era exterminar...matar...aniquilar y desaparecer, sin embargo un tridente se clavó en su pecho, partiéndolo en dos.
Al del tridente le parieron la cabeza con una piedra.
Al final nadie sabe por qué pero todos murieron.
Cuando los niños volvieron, no podían, no sabían que hacer.
Ellos solo se habían reunido en la orilla del río a mirar a los peces de colores que habían llegado del mar.
Ellos quedaron allí.
Olvidados.
Salvajes.
Así crecieron y así se multiplicaron.
Sin ley.
La oscuridad me sofocaba
Sentía que estaban cerca
Oía a los perros ladrar
Sentía su hambre, casi demencial
Faltaban cien metros y podría cruzar el puente, que me separa de todo este horror y llegar a mi libertad
Sentía los latidos del corazón, desbocado y desesperado
Solo un poco más
Alcanzaría la meta anhelada o moriría en el olvido.