Comencemos a ver al verano, como un amigo, que nos lleva al río con poca ropa, a mirar paisajes en las montañas, frente al mar, ver volar al cóndor
No pensemos en los mosquitos, la transpiración, el cansancio extra por tener que llevar el cuerpo de un lado a otro, en los olores extraños de todos aquellos que pasan a tu lado
De verdad, odio el verano
Me resulta aplastado, paspado y agobiado
Además encerrados en nuestras miserias calenturientas
Olvidados y sin ventiladores
Venga una limonada