Me fascinaba ella
Esa niñez,
tan apartada del mundo
Ese grito del riacho
El monte que se abría,
a sus pasos
El cielo se unía,
a sus ojos que miraba
Ojos que miraban con asombro
Un mundo para ella
"No lo soñé"
Estaba allí
Ante ella
Infinita belleza
Su inocencia
Su dulzura
Su risa, que jugaba con el viento
Ella...que comprendía "el porqué"
Ella que en su mundo era un sol
Yo...un día fui...ella
Ahora solo soy yo
1 comentario:
El mundo es un gran por qué, al igual que la vida que no nos acostumbramos a vivir hasta que la amenaza de quedarnos sin ella nos hace volver a pensarlo.
Saludos,
J.
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