La noche estaba sola y descuidada
La noche estaba perdida
Estaba esperando
Era su cita
Su amor
Estaba nerviosa
Como presintiendo lo que iba a suceder
Iba y venía por esas veredas altas y enceradas de rojo
Se preguntaba ¿Porqué de rojo? ¿Porqué no?
Los minutos corrían y se tropezaban entre si
El tiempo seguía sus lineas
Entonces pasó
Un disparo y la noche se rompió
El tiempo se quedó quieto
Él no pudo llegar
3 comentarios:
Me ha encantado el poema, a pesar de lo trágico y de la tragedia.
Muy bueno.
Gracias...
Penélope, la de Ulises, nos enseñó que, como mínimo, podemos esperar durante 20 años un regreso (o una llegada). Después de ese tiempo podemos comenzar a olvidar.
Saludos,
J.
Publicar un comentario