Llega a mis sienes, tímida, temblando,
tan perfumada como un rosal
la tibia brisa, su andar es blando.
¡Primer suspiro primaveral!
Llega tan suave, tan dilatada
cual de la linfa el correr fugaz,
o de la amante ruborizada
púdica y suave pasión veraz.
Cuando en mi pecho, tierna se posa,
bebo su tierna tribulación,
entonces, dicha un instante goza,
pobre, dolido, mi corazón
Almafuerte
1 comentario:
Pocos son los que aún recuerdan que existió un poeta como Almafuerte. El olvido, poco a poco se lo está llevando, lamentablemente, mientras por alguna razón, poetas muchos menos intensos e interesantes que él, perduran como la mala hierba.
Saludos,
J.
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