No sabría que escribirte esta mañana,
se hizo tarde porque anoche no dormí.
Las palomas estuvieron calladas hasta las diez,
las cotorras no han venido por aquí.
Siento el silencio como la canción infinita,
esa que tanto me ha querido.
Sin embargo, se quedaron tus colores,
tus aromas y tus cabellos.
1 comentario:
Bueno, ya le has escrito.
Y muy bien.
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