Hay un árbol que se deshoja con el sonido del viento.
A su lado, un camino pasa indiferente a su sentir.
Ese sentir que le pesa al perder cosas.
Esas cosas que muchos no piensan ni opinan.
Cada rama le duele como heridas sangrantes,
todavía viejas.
Hay un árbol que se deshoja lentamente con el correr
del tiempo.
No encuentra consuelo al mirar el pasado y recordar.
Recordar el calor del sol y las aves cantando.
Recordar la lluvia y el aroma a tierra fuerte.
Recordar las nubes y las flores a su alrededor.
Las puertas se están cerrando y el frío azota el tronco.
2 comentarios:
Los árboles son tercos, porque mientras les queden raíces, vuelven a florecer, una y otra vez.
Saludos,
J.
Parezco ese árbol.
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