Me levanté de una noche de ojos abiertos.
Rompiendo esquemas y sacudiendo polvos de muebles viejos.
Hay cosas enquistadas que ya no sirven y sin embargo cuesta
deshacerme de ellos.
No hay ganas de quedarme con lastres que pesan en la mochila.
Creo que daré una vuelta por Córdoba con mi amado Unicornio Negro.
Hay algo que me hace falta desde siempre y no consigo ver,
tal parece que no se percibe fácilmente en los negocios abiertos.
Debo estar alerta.
Debo estar dispuesta.
Quiero.
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