Lejos de mi, estaba esa mariposa que llamaba mi atención
Lejos de mi, sonaba la llamada, me llevaba por un sendero desconocido
Lejos de mi, mis ojos lo buscaban, hasta dar con él
Sabía en mi interior que era el momento y el motivo equivocado
Sabía en mi interior que debía volver sobre mis pasos
Sabía en mi interior que no lo iba hacer
Esa luz era tan poderosa que no podía dejar de seguirla.
2 comentarios:
No hay caso, el encandilamiento puede más que nuestra voluntad...
Saludos,
J.
Cuando el corazón manda se desespera la razón.
Besos.
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