Un misterioso sol apareció en el planeta
no-perdido
Alumbrando descaradamente todo el panorama, dejando al descubierto la miseria del mundo
El miserable habitante se había comido a todos, a todo y mas lo que restaba en la lunas que orbitaban alrededor del planeta
Ya no cabía más un ojo en su maldita boca
Ya no quedaba un maldito ojo para mirar lo que hacía
Ya...todo estaba dentro de su barriga...hasta el silencio del pasado.
2 comentarios:
Eso puede pasar algún día.
No sabemos nada... ni de dónde venimos ni hacia dónde vamos.
Un relato sumamente mitológico, me encanta.
Saludos,
J.
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