Solo soy...otoño

Solo soy...otoño
Búsquenme...donde se esconde el sol
Donde exista una canción

Búsquenme...donde se detiene el viento
Donde haya paz o no exista el tiempo
Donde el sol seca las lágrimas
De las nubes en la mañana...

martes, 3 de noviembre de 2009

Entre el amor y el sexo...



También quería hablar de un tema muy particular...
Quizás un poco difícil para algunos
Empecemos así:
Si das amor...recibís amor...
Se da libremente
El placer:

¿Se da libremente?
¿Se compra?
Si se compra...la otra persona en cuestión no desea hacer el amor en realidad...solo quiere ganarse unos mangos...Es sexo a cambio de dinero
También hay otras maneras de prostitución:
Es sacar provecho material u otra cosa...pero no se entrega el cuerpo...solo se muestra un poco...se hace desear al máximo y todo queda allí...en amagues...y hay personas que no se dan cuenta del propósito..."Vos pagas y yo te hago creer que lo vas a tener"

Me pregunto yo...
Esas personas que compran sexo...
¿No quisieran sentirse deseados alguna vez?
Que la otra persona desee su cuerpo...sus besos...sus caricias...
¿Que se siente después de haber pagado por sexo?
Amor por amor
Placer por placer
Estoy hablando sin que entre en los tabues...o en la religión...
Solo en el hecho mismo.






2 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Tienes toda la razón, por mucho que paguen no podrán sentirse deseados, y eso es realmente triste.

Besos.

mimbre dijo...

Hola Gla...
Si me permites, AMIGA, quisiera separar las aguas¡¡ El querer y el amar son iguales pero distintos...
El cariño es más piel, deseo, pasion, desenfreno total, atracción, hormonas, pero...solo eso. El amor esta por encima de eso, es lo sublime, lo ideal, completo,celestial..si se puede¡¡En cuanto al que "compra" sexo, es para satisfacer sus más elementales instintos, se ratonea con la fulanita¡¡ Despues quedas vacio, fisicamente y espiritualmente- doy fé-...Como dice el tango: "Todo lo conseguiste pagando como un chabón" Chan, Chan¡¡
Gracias por tus palabras,GLA, si es tu gusto, son tuyas¡¡¡
Un abrazo enorme
Osvaldo