Mientras la tarde va pasando, de lejos me llega un aroma a cascarilla de limón, me trae recuerdos...vagos recuerdos de la niñez en el campo.
Tardes soleadas...niños ávidos de diversión...adultos tomando mate bajo la hermosa sombra del chivato.
¡Cuántas vueltas da el trompo! ¡Yo te gano! ¡Es mía...es mía! ¡Estas flores son las mas bellas del pueblo! Eran mis flores...por supuesto.
El tractor en la cima de la montañita me daba un poco de miedito, lo superaba y corría velozmente hacia el guayabo...la recompensa...las mas ricas frutas. Pero nada superaba al placer de pelar un pomelo...subida al árbol, escondida entre la hojas, donde nadie sabía...era el escondite perfecto...pasaba horas y horas soñando con sueños de niña con imaginación un tanto cursi...soñar con historias fantásticas.
A la hora de buscar los huevos del gallinero...era la experiencia mas terrible...sacar el huevo sin que la gallina te llene la mano de picotazos.
Llegaba la hora de ir a la cama...en el patio...bajo el mosquitero y la luna...grandota y llena de luz mágica.
Inolvidable...un sol en mi vida...
1 comentario:
Hola Gla...
Que hermoso¡ Que lindo haberlo vivido para poder recordarlo...
Si me haces un lugarcito,me uno a vos en el recuerdo de tan hermoso tiempo pasado¡¡ Nostalgias y recuerdos de la niñez, que felicidad, con tan poco, Verdad¡
Un abrazo enorme, Amiga mia¡
Osvaldo
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