Anoche...después de la medianoche, tomé prestada la escoba de mi hermana (la mía está averiada)
y me lance hacia el espacio exterior, con el viento peinando mis cabellos y el rocío lavándome la cara.
No he visto gran cosa...la soledad era completa y el silencio acogedor. Desde lo alto, desde afuera he visto muchas cosas...buenas y malvadas, graciosas y ridículas. He reído y he llorado.
De todas formas me ha parecido muy interesante y he aprendido...sin dudas alguna, de las cosas del mundo en común.
En ocasiones especiales necesito alejarme y percibir los problemas desde fuera, como si yo fuera otra persona, sin duda me hace refleccionar desde otro ángulo.
Después de recorrer un buen rato de norte a sur y de este a oeste...regreso muy contenta a mi guarida. Llego a la conclusión de que nunca dejamos de aprender de los demás, en especial si los miramos sin juzgarlos.
No es anestesiar...no es huir de los problemas. La verdad me hizo bien...
1 comentario:
Qué buena idea!! Mañana mismo me subo en la escoba.
Saludos
Un placer leerte
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