Llegamos y alguna personas ya estaban merendando, el salón estaba casi lleno.
Nos sentamos...preparo unos sandwiches de jamon y queso, tomate y lechuga.
Miro alrededor y veo mucha algarabía, muchos preparativos. Las meseras vienen y van sirviendo acá y allá.Las enfermeras se ocupan de los viejitos que no pueden manejarse solos.
Comienza el espectaculo, en primer lugar unas preciosas bastoneras, luego dos bailarinas exóticas y después la atracción principal...el pesebre viviente gauchesco en cual participaban los ancianos...algunos de estos muy ancianos.Fue maravilloso y emocionante.
Por último, un conjunto folklórico tocaron y cantaron zambas, chacareras y un tango, pedido especial de uno de los residentes.
La fiesta de fin de año del geriátrico fue especial, llena de emoción y ternura.
De souvenirs nos regalaron un arbolito hecho de piñas y con sus propias manos.
Parecián niños...tan inocentes y dependientes del amor que pudieran recibir.
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