Miraba la luna en la noche de los pajarracos.
Con sorpresa vi a una gran manzana colorada reflejada en el espejo.
Era yo...con un traje de odalisca de color rojo (según me dijeron...parecía el sultán...mas que la odalisca)
Con la risa burbujeando en la garganta, decidí regalarle a mi prima, dicho traje.
A ella le quedaría de maravilla.
Al mirar nuevamente al espejo...pensativa y meditando acerca de la luna tan hermosa...vi unos labios que me llamaban deseosos de besos apretados y a por ese beso fui...dándome con el vidrio frío del espejo.
Juas...el golpe dolió...bailé alrededor del beso con sabor a caramelo y deliciosa sonrisa.
"Te quiero mío" le dije feliz y no volví a preguntar nada...acerca de nada.
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