Sucedió una noche...
La niña venía por esas calles desiertas, la luna brillaba y el calor se hacía sentir.Con el morral colgado en los hombros,el pelo recogido y el cansancio en el cuerpo.
Caminaba mirando a los costados,sentía un poco de miedo...tenía el estómago contraído.
Fue entonces que oye el ruido suave del motor de un auto...mira de costado y ve que si...era un auto,chiquito y oscuro...la seguía.El conductor la miraba pero no decía nada...solo la miraba....
Y el miedo se hizo mas fuerte.
Ella quería escapar,sus pequeños pies se movían mas rápido...mas rápido...su cuerpo comenzó a transpirar de un modo extraño,ya no sentía calor...el frío se había apoderado de ella.
Pensó...ya falta poco...ya no queda nada...casi
Volvió a mirar a su seguidor y allí estaba...
Mirándola...sin mostrar el rostro
La niña corría...corría...había perdido el morral,donde guardaba sus zapatillas de danza.
Sentía pavor
Tenía el pecho cerrado...no podía respirar
Llegó a su casa...no podía abrir el portón...sus manos temblaban tanto que no...
Su seguidor paso sin detenerse,sin pensar en el daño que había hecho.Nunca mas se supo de él.
La niña
Nunca mas fue a sus clases de danza.
6 comentarios:
En esta entrada moviliza y duele lo que no decís... ¡Impecable!
Un abrazo enorme!
Asusta lo que cuentas pero lo escribes muy bien.
Te dejo saludos,
Sergio.
a veces nos cuentan demasiadas cosas y nos entra el pánico con cualquier tema más aún cuando es desconocido
un abrazo
Siempre me gustó como escribís,pero esto me hizo temblar,por lo que significa...
A la vez despertó más admiración por vos...
Besos.
A los dos renglones me dije “uy, la historia va a terminar mal”.
Pero, digamos, me gustó la originalidad, porque yo pensé que le iba a pasar algo físico a la niña, pero no, lograste trasmitirnos un temor que no se materializó, pero si en el sueño, el de bailar.
Muy buen final.
Un abrazo
Ha veces un hecho, cambia el destino de una vida.
Un placer leerte,
saludos
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