Solo soy...otoño

Solo soy...otoño
Búsquenme...donde se esconde el sol
Donde exista una canción

Búsquenme...donde se detiene el viento
Donde haya paz o no exista el tiempo
Donde el sol seca las lágrimas
De las nubes en la mañana...

domingo, 27 de febrero de 2011

¿AMOR?


Hoy quiero decirte algo
No se puede comprar al amor
No vale obligar al hermano, con artilugios a que te quiera...mas de lo que puede quererte.
No sirve acaparar a tus hijos....sólo porque te sentís tan sola.
No se puede comprar al amor
Por mas que sangres por dentro.
Aún cuando la soledad te seque la mente poco a poco
No se puede comprar al amor...

No tiene sentido apresar al canario en una jaula...
¡Que triste será su canto!

viernes, 25 de febrero de 2011

CACHEUTA Y EL AGUA DE ORO


Y los mensajeros corrieron, corrieron. Atravesaron ríos, subieron y bajaron montañas. y volvieron a subir. Y volvieron a bajar.
"Oro, oro para liberar al emperador". Los mensajeros llegaron a todos lados, y también a las tierras donde gobernaba el cacique Cacheuta, los valles de las montañas altas, donde ahora se encuentra Mendoza.
Y Cacheuta, que quería mucho a su soberano, rápidamente empezó a reunir todo el oro que había en el valle. Y no sólo Cacheuta. Todos, todos los habitantes del lugar buscaron los objetos de oro, las piedras con oro, los cacharros, los adornos y cuanta cosa hubiera del rico metal, para enviársela al prisionero.
Luego lo puso todo en un as grandes bolsas de cuero u cargó un montón de llamas con ellas.
Cacheuta reunió a sus mejores guerreros, a los más altos jefes y a los más fieles vasallos. Y poniéndose él mismo al frente del grupo inició la marcha rumbo al Perú.
Todo esto le contaron los mayores a Illapa.
Y también le contaron que los blancos no esperaron que llegara el oro, y mataron a Atahualpa.
Pero como se enteraron que Cacheuta iba camino al Perú con su preciosa carga, un grupo de blancos fue a esperarlo.
Muy poco camino había recorrido Cacheuta cuando alcanzó a ver a los blancos escondidos.
Cacheuta adivinó lo que querían, y rápidamente dio la orden:
-¡A esconder el oro! ¡A esconder el oro!
La orden fue cumplida, y cuando los blancos atacaron no había una sola bolsa de cuero sobre las llamas.
¡L a lucha fue terrible! Resonaba en la montaña el estallido de las armas de fuego. Los indios no podían defenderse con sus lanzas y cuchillos.
Uno de los primeros en caer fue el cacique Cacheuta.
Pero lo que le contaron después al indiecito Illapa fue realmente maravilloso. Algo de casi no creer.
Cuando terminó la lucha, los blancos fueron a buscar el oro. Buscaban por aquí, buscaban por allá...Pero nada, nada.
¡No podían encontrarlo! ¿Donde estaba el oro? ¿Donde?
Los indios lo habían esconido muy bién.
Siguieron buscando, revolviendo y revolviendo las piedras.
¡Hasta que lo encontraron !
¡Allí estaba! ¡El codiciado oro! ¡Y cuánto, cuánto era!
Pero cuando fueron a tomarlo con sus manos, grandes chorros de agua brotaron como arte de magia ¡Agua! ¡Si, agua caliente, bien caliente!
Los blancos huyeron asustadísimos, para no quemarse de arriba abajo.
Dicen que el espíritu de Cacheuta, que, ayudado por el dios Inti, convirtió el oro en agua.
U agua calentita, calentita, con el calor maravilloso que le dió su padre el Sol. Y más valiosa que el mismo oro, porque cura muchas enfermedades.
Todo esto se lo contaron a Illapa. Y cuando Illapa fue grande, se lo contó a sus hijos. Y los hijos de Illapa se lo contaron a los suyos. Y estos hijos, a los hijos de los hijos de los hijos de Illapa.
Y a mi me lo contó un viejecito que conoció al último descendiente de Illapa. Y yo se los cuento a ustedes para que, cuando sean grandes, se lo cuenten a sus hijos. Y así nunca se olvide nadie, del oro que se hizo agua.

FIN


miércoles, 23 de febrero de 2011

CACHEUTA Y EL AGUA DE ORO


Y fue así que Illapa, mirando a través de las piernas de los soldados, metiendo la cabeza por aquí y por allá, vio llegar al gran Atahualpa.
¡No olvidaría nunca! Ni su túnica de colores, ni el sol de oro que le brillaba sobre el pecho, ni la corona con dos plumas, una negra y otra blanca, ni el manto, ni nada. Nada de eso olvidaría Illapa jamás. Ni tampoco lo que ocurrió después.
Atahualpa no quiso rendirse a los extraños y los blancos atacaron. Todos, y también Illapa, estaban aterrorizados. El estruendo era terrible. Retumbaban en la plaza los cañones y las otras armas de fuego. Era tanto el ruido que parecía que la tierra iba a estallar. Atahualpa fue hecho prisionero y el indiecito ya no supo más.
Pero después los mayores le contaron todo lo que ocurrió.
Encerraron a Atahualpa en una habitación, y, desde ese momento, lo único que deseó el jefe de los Incas fue recuperar su libertad para defender sus dominios.
¡Pero no sabía cómo! ¡Imposible escapar de allí! Por eso, un día que Pizarro fue a visitarlo le digo:
-Si me dejas en libertad cubriré con oro el piso de de esta habitación, y te lo daré.
Pizarro no podía creer que hubiera tanto oro, y se quedo mudo de asombro.
Atahualpa pensó que le parecía poco. Entonces señaló con la mano la pared, hasta aquí. No, mas arriba de su cabeza: ¡hasta aquí! Y levantando su mano todo lo que pudo, dijo:
-Llenaré este cuarto de oro, hasta esta marca que aquí hago.
Pizarro no lo podía creer. ¡Toda una habitación llena de oro! ¿Es que los Incas tendrían tanto? ¿Sería verdad?
-Esta bien-digo-; si me das todo ese oro te dejaré en libertad.
Entonces Atahualpa mandó mensajes a todas partes. A todos sus vasallos. Hacia el norte. Hacia el sur. Hacia el este y oeste.
"Hay que reunir todo el oro que sea posible. Hay que traerlo de todos lados. Todo el oro, todas las cosas de oro". Decía el mensaje.
¡Todo el oro de los Incas para salvar al Hijo del Sol!

Continuará...

martes, 22 de febrero de 2011

CACHEUTA Y EL AGUA DE ORO


El primero que lo vio todo fue el indiecito Illapa.
Pero nadie le quiso creer.
El vio cuando llegaron los hombres y vio cuando colocaron detrás de las casas,
unos aparatos que él nunca había visto antes y que le daban mucho miedo,
uno de este lado y el otro de aquel lado de la plaza.
Y tenía razón de tener miedo, ¡porque eran cañones!
Pero el indiecito no lo sabía.
También le asustaban un poco los caballos que traían los blancos y que él tampoco había visto antes. Pero no lo asustaban tanto como los cañones; porque eran unos animales muy simpáticos y parecían ser muy buenos, ya que que los hombres estaban montados en ellos.
Illapa se acercó despacito, sin que lo vieran. No entendía nada de lo que los extraños hablaban. Pero estaba seguro de que aquello no era bueno para su gente. Lo sabía. ¡Lo sabía! Y escapó de allí corriendo, veloz, velocisimo-Por algo le llamaban Illapa que quiere decir rayo-.Corrió, corrió para contar lo que había visto, pero todos estaban muy ocupados. Nadie podía escucharlo.
Todo el pueblo estaba reunido frente a la plaza.
Y los soldados y los altos jefes indios haciendo guardia de honor para que pasara Atahualpa, el emperador de los Incas. Porque según escuchó Illapa, recibirá allí mismo a Pizarro, el jefe blanco, y a su gente para saber que querían en sus tierras.
El indiecito quiso contarles que detrás de las casas había visto cosas muy raras, animales desconocidos. Quiso contarles también que los hombres en sus manos armas-porque seguro que eran armas-,que ellos, los Incas, no habían visto jamás.
Pero nadie le escuchó...

Continuará...
Curioseando en la caja de libros guardados de mi Ñaku encontré esta leyenda Quechua, me gustó tanto que quise compartirlo. Espero, les guste.

jueves, 17 de febrero de 2011

Humanos


Alguna vez...quien pensó en las reglas sociales que domina el mundo. ¿Pensó en las consecuencias funestas que esto acarrearía para las mujeres? ¿a los niños?
Muchas se han liberados pero aún en esta época hay féminas que viven subyugadas a la voluntad del hombre.
Me pregunto que sienten los hombres (todavía hay muchos) al humillar a la mujer y a los niños.
Me pregunto que sienten al ejercer tanta violencia, tanto física como psicológica. (mujeres también)
Me pregunto porqué nos lastimamos así...lastimamos a nuestro hijos al usarlos como rehén en nuestras peleas para ver quien domina a quien.
Involucrando a todos los que nos rodean, extendiendo mas la violencia y el dolor.
Me pregunto si...
Dejando la arrogancia, el egocentrismo, el egoísmo y la omnipotencia ilusoria...
Podríamos...amarnos un poco mas respetando que el otro es... otra persona y no un apéndice nuestros.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Hoy...


Calienta despacito el corazón
Lléname el alma de ilusiones
Cántame una canción...
No me dejes partir
Es tan hondo el vacío
Y...tan vano el olvido.


lunes, 14 de febrero de 2011

Buscando


He navegado en la profundidad del mar
He volado en la infinidad de los cielos
Gritado la soledad en el silencio de mis días
Sacudido la tierra...en mis oscuridades
He llorado en mis miserias
He reído en aquel amanecer
Cavado el barro con las uñas
Derramado pétalos al viento
He sentido la muerte en su momento
Hoy siento correr la vida...
Late mi corazón
Y...suspira el amor.


jueves, 10 de febrero de 2011

Madre



Manos suaves, acarician mi infancia...tan lejos
Una voz dulce...susurra una canción de amor maternal
Manantial de amor curando las heridas de la vida
Risa cristalina escucho en los recuerdos
Pasos firmes que aún hoy guían caminos
Tropezones... caídas y tu sonrisa que animan a seguir...
La senda de la experiencia.